Roberto Suárez - Actualízate

¿Qué tan importante es el uso del hilo dental?

Al cepillarnos es difícil alcanzar la placa y los restos de comida que se acumulan debajo de las encías y entre los dientes solo con el uso del cepillo, y es justo ahí donde se termina escondiendo la placa y los restos de comida, para causar problemas más tarde.

Por un lado, la placa contiene bacterias que se alimentan de restos de comida o de azúcar que hay en nuestra boca y, cuando esto ocurre, se libera un ácido que puede carcomer la capa exterior de los dientes (el esmalte) y provocar caries. Por otro lado, si la placa no es eliminada con el cepillado y una limpieza entre dientes, con el tiempo puede endurecerse y formar el sarro, que, al acumularse sobre la línea de las encías, puede derivar en la una enfermedad periodontal como la gingivitis o la periodontitis.

Por eso, los expertos siempre enfatizan el uso de complementos a nuestro cepillado como es el caso de la seda dental, la cual también ayuda a controlar el mal aliento. Así, su uso correcto implica unos dientes y unas encías más sanas, pues la placa es la principal causa de caries y enfermedad periodontal.

Acompáñanos a descubrir todo lo relacionado a la seda dental, con la ayuda de nuestros amigos de la Clínica Dental Prosperidad.

¿Cuándo utilizar la seda dental?

Los expertos recomiendan usar la seda dental al menos una vez al día. Sin embargo, si al final lo olvidas y la usas solo unas dos o tres veces a la semana, eso es mucho mejor que no hacerlo nunca.

Lo que se recomienda es elegir el momento oportuno, en el cual podemos dedicarle unos minutos al proceso. Por ejemplo, al final del día o si estás muy cansado, en un hueco a primera hora de la mañana o tras la comida. No importa tanto el cuándo usar la seda dental, sino el hacerlo de una manera regular.

¿Cómo utilizar la seda dental?

Aunque así lo parece, en verdad no es fácil saber utilizar adecuadamente esta herramienta de higiene bucal si previamente a uno no se lo han explicado. En cualquier caso, es recomendable seguir los consejos a continuación:

  • Corta un trozo de seda dental que mida como tu antebrazo (alrededor de 50 cm) y enrosca los extremos en el dedo medio de cada mano, hasta que queden unos 5 cm de seda entre mano y mano. De esta forma tendrás los dedos pulgar e índice libres para manipular la seda dental.
  • Procura enroscar la mayor parte de la seda en una sola mano, de manera que, a medida que vayas limpiando los dientes, puedas desplazarla hacia la otra mano, disponiendo siempre de seda limpia.
  • Con la seda tensada entre los dedos debes realizar pequeños movimientos de zig-zag, moviéndola hacia ambos lados del diente, en dirección a la encía.
  • Intenta no introducir la seda dental en un solo movimiento, porque así lo único que consigues es lesionar la encía y que esta sangre. Y si al hacer el movimiento de zig-zag observas que te sangran las encías, acude al dentista para que evalúe la causa.
  • Al llegar al nivel de la encía, limpia con suavidad los restos de placa que se acumulan entre diente y encía, rodeando la base de cada pieza dental con la seda, como cuando rodeas tu espalda con una toalla para secarla, en forma de C.
  • Enjuaga la boca para eliminar los restos de alimentos y placa bacteriana, ya sea con agua o colutorio.

Tipos de seda dental

En cuanto a las clases de seda dental, puedes elegir entre estas tres:

  • La seda dental, con o sin cera. Es la que se emplea más habitualmente. Tiene una amplia superficie plana y está especialmente indicada para personas con espacios interdentales normales, no demasiado grandes.
  • El hilo dental, también con o sin cera, presenta una superficie redondeada y se desaconseja ya que cada vez puesto se deshilacha y pueden quedar hebras del hilo entre los dientes que son molestas de quitar.
  • El Super-floss es una seda específica para las personas con puentes fijos y aparatos de ortodoncia.

Diferencias entre la seda y el hilo dental

El hilo dental se distingue de la seda es en el material de fabricación. Así, el hilo puede usarse en dentaduras normales mientras que la seda suele convenir más cuando los espacios entre dientes son estrechos y de difícil acceso.

Como dijimos anteriormente, lo malo del hilo es que suele ser rígido y aumenta el riesgo de rasgar o cortar la encía si aplicas fuerza excesiva. Además que  puede resultar un problema para los niños y personas mayores con problemas de control en su manos como, por ejemplo, artritis. Eso sin contar que los hilos suelen tener, en general, un precio un poco más alto que la alternativa de la seda.

Lo bueno es que puedes complementarlos con accesorios de tipo mecánico que permiten sostenerlo sin necesidad de utilizar los dedos de ambas manos. De la misma manera, también puedes usarlos con equipos eléctricos, que te suman la ventaja de disfrutar de un masaje de encías y te facilitan el retiro de la placa y los residuos de alimentos de manera más simple y con menor esfuerzo manual.

Tomando en cuenta sus diferencias, la elección de usar uno u otro deberá basarse en diferentes factores, entre los que no debemos olvidar la recomendación de tu dentista. Lo importante es que siempre te sientas cómodo y te garantice la limpieza y salud de tu boca.

Por último, no hay que olvidar que la limpieza con seda dental no debe ser dolorosa, ya que si se hace demasiado fuerte, se puede dañar la encía que hay entre los dientes. Si es verdad que es normal sentir cierta incomodidad al empezar a usar la seda dental, pero esta debería irse aliviando con la práctica de tu rutina de cepillado, en el transcurso de una semana o dos. De no ser así, deberías consultar a tu dentista.

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