Hay que hablar de la salud. Siempre hay que hacerlo porque así ponemos sobre los cerebros y las conciencias de la gente algunos de los problemas que no siempre nos tomamos en serio pero que tienen un impacto realmente grande en nuestra vida o en la de las personas que nos rodean. Muchas veces, tener salud es algo que no se valora porque lo catalogamos como “normal”. Pero, cuando nos falta, lo podemos pasar realmente mal. Seguro que sabéis perfectamente a lo que me refiero porque habéis echado en falta disponer de un mejor estado de salud cuando habéis estado enfermos. En mi caso y en el de millones de personas más, la situación ha sido la misma.
A veces, hay problemas de salud que ni siquiera sabemos que tenemos. Y este es un problema todavía más grave que el hecho de padecer una determinada enfermedad. Si la padecemos y lo sabemos, podemos poner los medios para tratar de resolverla. Pero, si ni siquiera somos conscientes de que la tenemos, ¿cómo demonios vamos a tratar de combatirla? Eso sería completamente imposible y es probable que esa enfermedad se adueñe de nuestro cuerpo de una manera que ni siquiera hemos podido sospechar. Si esa enfermedad es grave, el peligro es mucho más que evidente. Por eso queremos hablar en los próximos párrafos de las enfermedades silenciosas, destacando especialmente las que tienen que ver con nuestra cabeza.
Hay una noticia que fue publicada en la página web del diario La Vanguardia que explica que uno de cada cuatro españoles va al psicólogo o al psiquiatra. A pesar de que es un artículo escrito hace casi dos años, la verdad es que no ha perdido ni un ápice de actualidad porque siguen siendo millones de españoles y españolas las que acuden a este tipo de consultas a día de hoy. Por un lado, es algo que nos incomoda porque hace evidente que hay mucha gente que tiene problemas psicológicos. Por el otro, nos alegra saber que al menos hay una parte de la población que trata de ponerle solución a este tema. Y es que hay que combatirlo de algún modo. No puede ser que, como se apunta en el subtítulo de dicho artículo, casi el 60% de la población se sienta triste y pesimista.
Vamos a hacer una relación de cuáles son los principales problemas de índole psicológico que tenemos en un país como el nuestro. Para ello, hemos recurrido a los amigos de Haya Psicólogos, que cuentan con un cuarto de siglo de experiencia en la materia y que están especializados en cualquier tipo de caso. Procedemos al análisis.
Ansiedad o depresión
Estamos hablando de dos de los problemas que se encuentran más presentes que nunca en nuestra sociedad. El primero de ellos, en muchos casos, está relacionado directamente con el trabajo, con la realización de tareas que no pueden esperar y que muchas veces nos exigen lo máximo de nosotros. Es también uno de los problemas más incómodos de todos cuantos existen en el campo de la psicología porque nos va a afectar de manera bastante profunda incluso cuando no estemos dentro de nuestra jornada laboral. Por tanto, hay que ponerle remedio a la máxima brevedad posible.
En lo que tiene que ver con la depresión, nos encontramos un poco en el mismo punto. Aquí, la situación personal tiene algo más de peso: una rotura amorosa, el fallecimiento de un familiar o amigo, la falta de empleo… aunque también se ha convertido en algo bastante habitual entre los jóvenes que todavía no han entrado en el mercado laboral. La verdad es que estamos hablando de un asunto muy grave y que, en bastantes casos, suele traer a escena pensamientos de índole lesivo o incluso suicida. Hay que tener mucho cuidado con la depresión y saber identificarla a tiempo, con independencia de que la tengamos nosotros mismos o las personas que se encuentran a nuestro alrededor.
Anorexia o bulimia
Se trata de dos trastornos de la conducta alimentaria que han provocado bastantes problemas entre las personas que los han sufrido. La alimentación es una de las herramientas más útiles para construir una vida sana y la verdad es que no nos la podemos tomar a broma. El hecho de sufrir anorexia o bulimia tiene que ver directamente con no alimentarse como es debido, exponiendo a nuestro cuerpo a una serie de riesgos que van a atentar directamente contra la salud.
Es un problema mental porque tiene que ver con cómo concebimos la sociedad, una sociedad que nos vende desde que somos pequeños y pequeñas que el prototipo de cuerpo perfecto es aquel que es delgado, en muchas ocasiones hasta el extremo. Cuando asumimos que ese es el cuerpo 10 y nos planteamos tenerlo a toda costa, es evidente que se eleva el riesgo de que tengamos que pasar por la bulimia o la anorexia, especialmente si somos jóvenes.
Por cierto: aunque estamos hablando de un problema que han sufrido bastantes más mujeres que hombres en España, también ellos han sido víctima de estos asuntos. Todos podemos llegar a padecerlos.
Fracaso escolar
Este es uno de los temas de los que más pendientes solemos estar en la actualidad. Dicen los expertos que este tipo de problemas suelen venir dados por otros como el Tdah o, lo que es todavía peor, el bullying, que tanto se ha puesto “de moda” y que tantos problemas le puede traer a las personas en el mismo momento en el que lo sufren y también en el futuro, a lo largo de toda su vida.
También hay que prestar atención a temas como los trastornos del lenguaje o problemas en el aprendizaje, que son los que pueden conducir a que no podamos obtener los resultados que deseamos en nuestra etapa escolar. Es importante que se sepan identificar estos problemas con tal de ponerles una solución. Cuando existe fracaso escolar, existe riesgo para el futuro de esa persona ya que, si tiene problemas a la hora de aprender (y aprehender) los conceptos básicos de cualquier asignatura, va a tener muchos más problemas para seguir desarrollando esos conceptos. Y para obtener los certificados correspondientes, eso va a suponer graves riesgos.
Sueños y pesadillas
Los trastornos del sueño suelen padecerlo tanto las personas adultas como las que todavía están en la época de la niñez o la adolescencia. Es posible que eso nos haga padecer ansiedad a la hora de acostarnos o que no podemos descansar todo lo bien que necesitamos. Estamos hablando de uno de los temas, el del descanso, que tiene una mayor influencia a la hora de afrontar nuestro día a día. Por tanto, tenemos que hacer todo lo que sea posible para conseguir que ese descanso sea de calidad eliminando de raíz todos esos sueños y pesadillas que nos hacen la vida un poco más difícil.
Si hiciéramos un cómputo global de todas las personas que sufren este tipo de problemas, seguramente el porcentaje de población del que estuviéramos hablando sería mucho más grande del que habríamos pensado en un principio. Hay que tener en cuenta que los problemas de índole psicológico están más de actualidad que nunca y no cabe la menor duda de que la sociedad tiene la obligación de poner los remedios que sean oportunos para evitar que más y más gente tenga que pasar por situaciones como las que se derivan del hecho de padecer problemas psicológicos. Desde luego, ganaríamos en felicidad y muchas personas no tendrían que pasar por un infierno como el que les toca pasar.
Hay una noticia que se publicó en la página web de la Cadena Ser en el que se apuntaba que el 100% de los niños y niñas que nacen ahora habrán pasado por el psicólogo una vez que tengan 25 años. Ni que decir tiene que, a pesar de que eso significará que están peleando por su salud mental y eso es positivo, no podemos olvidar que esto se deriva de la existencia de una sociedad en la que es relativamente fácil tener problemas de índole mental. Y no cabe la menor duda de que deberíamos hacer todo lo que estuviera en nuestra mano para, antes que corregir esos problemas, no se desarrollaran. Y es que no es cómodo tener que pasar por ellos ni mucho menos.
La labor de los psicólogos es más importante que en ningún otro momento de la Historia. Debemos vencer cualquier enfermedad de índole mental que nos esté amargando la vida. Ahora tenemos más motivos que nunca, puesto que ya no se concibe acudir a la consulta de un psicólogo con algo que resulte raro o extraño. Lo estamos normalizando y ese es un gran paso para tratar de resolver cualquier problema mental que podamos tener y que sea necesario resolver para continuar con nuestra vida. No debemos sentirnos mal por encontrarnos en una situación como esa. Debemos centrarnos, única y exclusivamente, en devolverle a nuestra vida la felicidad que se merece.