Alicante es la segunda ciudad más grande de la Comunidad Valenciana. Una ciudad alegre, llena de vida, con una variada oferta de ocio para todos los gustos. Te comentamos algunas zonas por las que salir de marcha en Alicante desde el comienzo de la tarde hasta bien entrada la noche.
He de decir que siempre que he ido a Alicante me lo he pasado en grande. No creo que solo sea porque allí vive mi amigo Ignacio y su hermano, que son dos fiesteros de tomo y lomo. Yo creo que es porque los alicantinos, como buenos mediterráneos, saben lo que es disfrutar.
Una de las últimas veces que bajé, Ignacio y su novia Clara nos llevaron a la Playa de San Juan. Nos vamos haciendo mayores y la fiesta nos la montamos de otra manera. No salimos con el ímpetu de quemar la ciudad, como en otros tiempos. Fui a Alicante con mi pareja. La idea era cenar los cuatro juntos, tomarnos un cubata y bailar un rato.
Pensaba que como era marzo en la playa de San Juan no íbamos a encontrar a nadie, pero me equivoqué. La zona tenía un ambiente estupendo. Ignacio nos llevó a un local llamado Pelican. Tenía un restaurante con terraza donde servían comidas del mundo con un toque nipón. Al lado, disponían de un club en el que hacían unos cocteles buenísimos y ponían buena música. Allí pasamos casi toda la noche. Después nos dimos una vuelta por la zona y regresamos a la ciudad.
Si sales por Alicante te recomiendo que vayas acompañado por alguien de allí. Yo, las primeras veces que fui, iba bastante perdido. De todos modos, por si no conoces a nadie, te comento algunas zonas para que las explores por tu cuenta.
El tardeo por la zona del Mercado Central.
Si te gusta el producto fresco del mar, el mercado central de Alicante es una virguería. Si llegas antes de que cierren, puedes tomarte un vino en alguno de los bares que hay en el interior y pedir que te pongan una ración de sepia a la plancha. Es una delicia, parece como si la acabaran de pescar para ti. Creo recordar que por la zona hay amplias terrazas en las que te puedes tomar una cerveza acompañada de una tapa. Eso sí, aquí las tapas se pagan. No estás en Madrid o en Andalucía. Pero están buenísimas.
Los alrededores del mercado es una de las zonas preferidas por los alicantinos para comenzar la fiesta. Es lo que llaman el tardeo. Se trata de ir de “tranqui”, visitar terrazas y tomarte unas cervezas, algunas raciones y charlar con los amigos. Si te lo montas bien, no tienes ganas ni de cenar.
La Ruta de la Madera.
Si tu rollo es el Rock, lo tuyo es la ruta de la madera. Se trata de unas pocas calles que salen a la espalda del mercado central donde se concentran varios garitos de rock. Entre la Calle Pintor Velázquez y la de Poeta Campos Vasallo. No es un sitio para salir a media tarde. El mejor ambiente lo encuentras los fines de semana entre las 10 y las 12 de la noche. He querido seguir por aquí, más que otra cosa, por proximidad geográfica.
Cuenta un artículo del periódico El Español que esta zona se creó a principios de los 90. Llegaron a ser hasta 22 locales. Casi puerta con puerta, como la calle Iturribide de Bilbao. Treinta años después quedan menos de la mitad. Unos supervivientes que gozan de buena salud. Con bares emblemáticos como el Jedrix, El Apache o El Tributo. Lugares en los que te puedes tomar una cerveza mientras escuchas tu música preferida, si lo que te gustan son las guitarras potentes de AC/DC, Metallica o Led Zeppeling.
Para comprender el espíritu de la zona hay que remontarse a sus orígenes. Era la época en que muchos crecimos escuchando a Rosendo, al cual lo teníamos casi como un mito. En la que Fito Cabrales, de Fito y los Fitipaldis, tocaba en un estupendo grupo de Rock & Roll de Bilbao que se llamaba “Platero y Tú” y en la que Extremoduro grababa sus primeros discos.
Los jóvenes de aquella época, entre los que yo me encuentro, crecimos y nos hicimos mayores, pero en lo fundamental escuchamos la misma música. Nos gusta encontrar locales que conecten con nosotros. Por otro lado, chavales de generaciones posteriores se han enganchado al Rock. No hay más que ver la gente que acude a los conciertos de Marea o de Robe, de Extremoduro. ¿Quién ha dicho que el Rock ha muerto?
La Calle Castaños.
A dos manzanas de la Rambla de Alicante y relativamente cerca del Paseo de la Explanada, que discurre paralela al puerto, tienes esta calle peatonal del centro de la ciudad que ha sido tomada literalmente por negocios de hostelería.
Paseando por ella, encuentras una terraza pegada a otra. Es un lugar bullicioso frecuentado por alicantinos y turistas, que tiene su momento álgido en las primeras horas de la noche. Un lugar adecuado en el que tomar las primeras cervezas o incluso buscar un buen restaurante en el que cenar.
A pesar de lo transitado de la calle, es un lugar tranquilo en el que las horas pasan casi sin darte cuenta, mientras te tomas unas cañas fresquitas en compañía de tus amigos.
La icónica calle Castaños está frecuentada por todo tipo de personas. Ahí radica su encanto. En las mesas de sus terrazas puedes encontrar desde familias con niños pequeños, parejas o grupos de adolescentes. Todos quieren empezar la fiesta en aquella calle.
A pesar de su ambiente variado, en esta calle no solo tienes bares tranquilos. En ella están ubicados locales que cierran a las 3 de la madrugada, como un pub irlandés o algún que otro local de Tecno.
El Barrio.
Subiendo por la Rambla, antes de llegar a la calle del Mercado Central, a mano izquierda, tienes la parte más añeja del casco antiguo. Una zona empinada, plagada de locales que ha sido la zona de marcha de Alicante de toda la vida. Al menos desde los años 80, que es cuando tengo constancia de su existencia. Es como la zona de las Tascas de Murcia.
Cuenta la web Barceló Experience, que en otros tiempos era una zona de bares juveniles que vendían cachis de cerveza y cubalibres en vasos de plástico de litro que la gente se bebía en la calle. Hoy el ambiente se ha refinado. Puedes encontrar todo tipo de locales y para todos los gustos. Desde restaurantes de alta cocina, gastro-bares, pubs con música en directo, terrazas en la calle o disco pubs en los que pinchan música de los años 80. Lo que sí podemos decir es que El Barrio conserva ese ambiente bohemio que siempre ha tenido. Un lugar idóneo para callejear y encontrar sorpresas.
La Playa de San Juan.
La Playa de San Juan es una de las áreas más asombrosas de Alicante en lo que se refiere a salir de fiesta. Una zona de playa, llena de edificios de apartamentos turísticos, como podría ser la Playa de Gandía, que tú a priori piensas que estaría desierta en invierno, pero que resulta que está llena de vida durante todo el año.
En otros tiempos, la marcha en verano se trasladaba de la ciudad a la Playa de San Juan. Hoy, esta zona tiene su identidad propia. Ofreciendo locales interesantes en los que cenar, bailar o tomar una copa.
Para los amantes de la salsa y la bachata, en la Avenida Costa Blanca, que discurre paralela a la playa, puedes encontrar varios garitos en los que bailar toda la noche. En esa misma avenida se encuentra el clásico Bar Harley El Paso. Un local que lleva abierto por lo menos 30 años y que recuerda a las tabernas de moteros que salen en las películas. Yo he llegado a visitarlo para ver un concierto de un conocido guitarrista de Blues norteamericano, que solo tocaba en España en Alicante y lo hacía en aquel lugar. Hoy tengo entendido que además de servir copas y poner música, también hacen comidas.
Por la zona de la Playa de San Juan tienes además discotecas y clubs especializados en diferentes tipos de música. Próximo al campo de golf, encuentras una zona más exclusiva. Con coctelerías que sirven combinados internacionales o la popular Laseda Gastro Village, un complejo de restaurantes y locales para todos los gustos donde puedes pasar perfectamente toda la noche.
Por último, si te gustan los ambientes más refinados, no puedes perder la oportunidad de darte una vuelta por el interior del puerto deportivo de Alicante. En la ciudad, no en la Playa de San Juan. Allí encontrarás varios locales de estilo Chill Out y discotecas especializadas en diferentes estilos de música como música latina o Tecno.
Si pasas por Alicante es un crimen no intentar explorar su tardeo y su variada oferta de ocio nocturno. Te lo pasarás en grande. No te arrepentirás.