Los deportistas tenemos una responsabilidad muy grande con nosotros mismos. Hay mucha gente que puede llegar a considerarnos verdaderos ídolos y que nos va a apoyar en cualquier circunstancia. Eso implica un extra de presión para nosotros y debemos tener muy amueblada la cabeza para tratar de responder como se merece a este tipo de situaciones, no vaya a ser que decepcionamos a nuestra masa de seguidores.
Lo que primero debemos hacer los deportistas para tratar de no decepcionar a nadie es tratar de cuidarnos lo mejor posible. Nuestra actividad requiere de una cierta resistencia además de una precisión que solo se puede alcanzar si disponemos de un físico perfectamente trabajado. Y eso es así incluso para casos como el mío. Jugué al fútbol en un equipo de Tercera división (por entonces la cuarta categoría en importancia del fútbol en España) y, aunque el nivel no era profesional, debía cuidar hasta del detalle más concreto de mi físico para conseguir estar al 100% y aportarle cosas a mi equipo con el fin de conseguir ganar partidos y ascender de categoría.
Como es lógico, el entrenamiento diario era una necesidad muy grande a la hora de mantener mi cuerpo en las mejores condiciones posibles para un partido de fútbol. Servía para evitar ganar peso, para conocer la táctica que luego íbamos a implementar en los partidos, para conocer el modo de juego de cada uno de mis compañeros y, en definitiva, para perfeccionar detalles que debían conducirnos a ganar partidos. Pero lo cierto es que esa no era la única manera de sentirnos activos.
Había muchas cosas que debíamos tener en cuenta para intentar rendir al máximo. La alimentación, por ejemplo, era una de esas cosas, como seguro que ya sabéis. El factor psicológico es otro de los grandes ejemplos. Si había alguien que era muy bueno en el equipo pero no sabía lidiar con esa responsabilidad de la que estábamos hablando más arriba, tenía todas las de perder y quedarse en el banquillo durante los partidos. Aunque podáis pensar que la Tercera división no es una categoría demasiado exigente, lo cierto es que hay mucho que demostrar si queremos destacar en una instancia como esta. Así era cuando yo jugaba y así sigue siendo ahora que yo estoy retirado y veo el fútbol desde fuera.
Hay un factor más que creo que es importante destacar cuando se es deportista y que tiene una incidencia directa en el rendimiento deportivo. Mucha gente no me cree cuando hablo de ello, así que voy a lanzar el comentario y a ver cómo reaccionáis: la salud dental tiene una repercusión directa sobre ese rendimiento deportivo.
¿Cómo os habéis quedado? ¿Lo veis lógico? La verdad es que es una relación que no siempre se ve en una primera toma de contacto, sino que es algo que se va notando con el tiempo y especialmente si juegas a cualquier tipo de deporte, no solo al fútbol. Resulta que nuestros dientes también tienen importancia en lo que tiene que ver con este asunto y no solo en los que creíamos anteriormente (en comer, beber, respirar, hablar y todas las acciones que solemos hacer de manera habitual con la boca).
¿Por qué la salud dental tiene una incidencia directa sobre el rendimiento deportivo? Yo no soy un especialista de la salud, así que para resolver esta pregunta prefiero enlazar artículos como el que os voy a enlazar y que podéis leer en la página web del diario Marca, en su sección Cuídate Plus. Según ese artículo, esa pérdida de rendimiento deportivo se debe a la presencia de dolor, de una peor calidad de vida, de un bienestar menos presente en nuestra vida y de la inflamación sistémica. Esto último es especialmente importante porque hace que la producción de energía se vea reducida, que la resistencia y la fuerza muscular se reduzcan y que la coordinación neuromuscular reduzca la precisión de los movimientos que hacemos, haciendo de ese modo que nuestro sprint, los pases, los remates a portería y las demás acciones sean menos peligrosos para el rival.
La verdad es que lo que he apuntado en el párrafo anterior es algo compartido por todos los especialistas en salud dental y, en los equipos en los que he estado, siempre me han insistido en la importancia que tiene el cuidado de mis dientes para que pudiera sacar mi mejor fútbol y demostrar lo mucho que creo que valía sobre el terreno de juego.
Había tres patas en lo relativo al cuidado de mis dientes que coinciden con las que determinan muchos especialistas y que se pueden ver en la noticia que os dejo por aquí y que es propiedad de la web Gaceta Dental:
- Dieta sana. De esto ya hemos hablado. Lo que comemos tiene una incidencia directa sobre la salud de nuestros dientes.
- Higiene. Debemos cepillarnos los dientes al menos tres veces al día.
- Protección y vigilancia. Acudir al menos una vez al dentista es clave para conseguir anticiparnos a cualquier patología o problema que se pueda desarrollar en nuestra boca.
Como veis, lo único que debíamos hacer los jugadores era, más o menos, cuidar de nuestros dientes como lo haría una persona normal. Y es que es esa normalidad la que nos va a proporcionar las condiciones adecuadas para que nuestro cuerpo, al menos desde el plano bucal, no sea un impedimento para sacar lo mejor que tenemos dentro como deportistas. Parece una tontería todo esto que estamos comentando, pero la diferencia entre tener una buena salud dental o no es muy grande y su impacto en el rendimiento deportivo es tremendo.
En los equipos en los que he jugado, he tenido compañeros que han tenido distintas maneras de gestionar el asunto del que estamos hablando. Por regla general, los más veteranos siempre han sido más conscientes de asuntos como de los que os estoy hablando y los jóvenes han sido más pasotas en lo relativo a este campo. En mi caso también ha pasado eso, fue cuando empecé a darme cuenta de que mi salud dental no era la mejor cuando empecé a cuidar de ella y cuando, consecuentemente, conseguí sacar la mejor versión de mi juego.
Todos los médicos y profesionales que tienen relación con la salud deportiva tienen más en cuenta que nunca todo lo que tiene que ver con la salud dental en el deporte. Yo he llegado a pensar, y me parece que estoy en el camino correcto, que quien no cuide de sus dientes va a tener que renunciar a su carrera deportiva. El fútbol es un deporte en el que se mira cada vez más cada detalle y este es uno de los que no se deben pasar por alto.
Como era consciente de la enorme relevancia que tiene la salud dental en el rendimiento deportivo, durante buena parte de mi trayectoria deportiva procuré cuidar al máximo de la salud de todas y cada una de mis piezas dentales. En mi caso, lo hice en la clínica dental Unova y gracias a eso pude sacar la mejor versión de mi fútbol durante muchos años de una larga y fructífera trayectoria de la que me sigo sintiendo muy orgulloso.
Hay que sacarle mucho más partido a este argumento
Como ya he explicado más arriba, es la gente que se va convirtiendo en veterana la que tiene más en cuenta un factor como al que nos hemos venido refiriendo a lo largo de todo el artículo. Cuando se es joven, no se tiende a pensar en la importancia de la salud dental en el rendimiento deportivo. Y creemos que este argumento puede tener mucha fuerza para conseguir que los niños empiecen a cuidar más de sus dientes. Si se les dice que nunca van a poder ser grandes futbolistas en caso de que no los cuiden, más de uno y más de dos empezarán a cuidar de su boca.
Creo que necesitamos cuidar más de la salud dental en España. Estoy acostumbrado a ver noticias en las que se pone a nuestro país entre los que menos cuidan de su boca en toda Europa… y creemos que merecemos ocupar una mejor posición. Debemos tener en consideración que, para ello, es necesario que los niños se vayan acostumbrando a cuidar de sus dientes. Si lo hacen, las generaciones futuras van a ser propietarias de unos resultados mucho mejores y que van a hablar mejor de nuestro país, que es lo que nos hace falta.
La consecución de esto depende de todos y cada uno de nosotros. Yo, por ejemplo, cumplí con mi parte cuando decidí empezar a cuidar de mis dientes para mejorar mi rendimiento deportivo. Ojalá que podamos cumplir con el objetivo porque querrá decir que vivimos en una sociedad en la que la higiene forma parte, todavía más, de la vida de la gente. Eso hará que nuestra vida sea mejor y que, en resumidas cuentas, tengamos más argumentos para conseguir una calidad en lo que respecta a nuestro día a día.