Roberto Suárez - Actualízate

La figura del enólogo y sus funciones

Los profesionales de Bodegas Federico aseguran que las laderas, rocas, declives, vertientes, microorganismos, arcillas, nutrientes y minerales, juegan un papel fundamental aportando aroma y grosor a la uva.

El vino es una de las bebidas más populares en todo el mundo. La llegada de los romanos a España supuso el comienzo de la explotación de esta planta. La persona más influyente para determinar la personalidad y el sabor de un vino es el enólogo. También se encarga del proceso de elaboración y de tomar las decisiones en el desarrollo hasta llegar al producto final.

Este profesional debe tener conocimientos técnicos para saber los aromas, el color, la textura y el equilibrio. Para poder ejercer de enólogo es fundamental formarse. Se puede decir que esta figura es reciente, las labores de este profesional las desempeñaban tradicionalmente ingenieros agrónomos, químicos, biólogos o farmacéuticos.

En 1996 aparecieron formaciones relacionadas con el sector. La Universidad de La Rioja fue la primera en impartir la Licenciatura Universitaria en Enología, un título que se ha sustituido por el Grado en Enología, que es obligatorio para poder ejercer como enólogo.

Wikipedia explica que el vino se produjo por primera vez durante el Neolítico, según los testimonios arqueológicos hallados en los montes Zagros, en la región que hoy ocupan Irak e Irán, gracias a la presencia de Vitis vinifera sylvestris y la aparición de la cerámica durante este periodo. La evidencia más antigua de la producción y consumo de vino es una vasija del año 5400 a. C., hallada en el poblado neolítico de Hajji Firuz Tepe, en los montes Zagros.

Las funciones del enólogo

El profesional debe conocer las materias técnicas que están relacionadas con la elaboración del vino, como conocimientos agrícolas, matemáticas, economía, bioquímica, física, genética, etc.

También debe conocer los aspectos legales del sector y sobre la comercialización del producto.
El enólogo elige la tierra y la variedad de uva a emplear para el cultivo de los viñedos, y analiza las características del terreno y del clima.

Además, gestiona el cuidado de la uva durante el cultivo: el riego, los tratamientos y las técnicas óptimas para la vendimia. El profesional elige el diseño de la bodega, los procedimientos de trabajo y la maquinaria.

Después de la vendimia, el enólogo dirige todo el proceso de elaboración del vino: el proceso de obtención del mosto, el control de las fermentaciones, la supervisión de las condiciones físicas del proceso, el cumplimiento de los estándares de higiene y seguridad, supervisa el embotellamiento y diseña las técnicas de crianza y conservación. Por último, el enólogo hace un plan de marketing, comercializa el vino y lo distribuye.

Fases del vino

Cuando pruebas el vino, todos los sentidos (excepto el del oído) te ayudan a saber cómo es el que tienes en la copa. Las fases son:

Fase visual

Si cuando se descorcha una botella y no está limpio, es porque el vino puede tener algún problema. Debes apreciar la tonalidad, para eso pon la copa de vino en un fondo blanco, como el mantel o una hoja de papel, para conocer su color y sus matices.

Los vinos tintos jóvenes suelen ser brillantes y tener tonos rubí o cereza, mientras que los crianza o reserva tienen una tonalidad teja. Debes saber que los blancos son más pálidos cuanto más jóvenes y su color se hace más potente, a medida que va envejeciendo.

Para conocer la capa de vino debes tener en cuenta, que si es capa alta el vino es opaco, es decir, que no se puede distinguir bien a través de él, y si es transparente es que es de capa baja. Para saber si el vino tiene una graduación alcohólica mayor, debes mover la copa y si las gotas que van cayendo, bajan rápido es que es más denso y tiene más alcohol.

Fase olfativa

En la cata debes ‘meter la nariz’ para conocer el olor y apreciar el aroma y buqué. El olor varía según la intensidad, la calidad, la variedad de la uva, de la edad, la crianza…

Para captar el aroma primario (son propios de la uva) debes oler el vino antes de moverlo. Para que surjan los aromas secundarios, agita la copa, aunque estos aromas no proceden de la uva, sino de su fermentación. Los aromas se describen en: vegetales, frutales, minerales, florales, etc.

También saber el buqué, para ello continúa agitando, para que aparezcan aromas terciarios, propios de los vinos envejecidos en depósitos, barricas o botellas.

Fase gustativa

El ataque es la primera impresión que tienes cuando pruebas el vino en la boca, puedes comprobar si el sabor es dulce, salado, ácido o amargo. En los vinos blancos según la edad cambiará el sabor, si son jóvenes tienden a cítricos ácidos, pero lo mas envejecidos te evocan la dulce fruta madura.

En cuanto a los tintos, los jóvenes su sabor recuerda a los frutos rojos, mientras que los añejos tienden a sabores minerales y especiados. Para saber si es suave o áspero, depende de la sensación que percibes en la lengua en cuanto a la intensidad del sabor, el grado de alcohol…

Fase retronasal

Cuando bebés y tragas, expulsas el aire por la nariz. Lo que tienes que saber es lo que percibes en ese tiempo, esos aromas y sensaciones que te deja el vino en la parte de atrás de las fosas nasales.

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