Roberto Suárez - Actualízate

Como pez en el agua

Aunque algunos somos de secano y el agua nos gusta más bien para bebérnosla o bajo control en la ducha y el lavabo, a la inmensa mayoría de los humanos, les encanta darse un chapuzón en la piscina, el rio o si es posible, el mar. Los profesionales en mantenimiento de piscinas de Mantenimiento de Piscinas Madrid, aseguran que son cada vez más los usuarios de las piscinas, tanto públicas como privadas para el desarrollo de actividades como la natación.

Este deporte que no cae en el olvido, es cada vez más practicado debido a las facilidades de contar con piscinas climatizadas en las que puedes sumergirte durante todo el año. Aunque el mar tiene su punto, es cierto que para practicar la natación, es mejor hacerlo en piscinas donde el agua, las corrientes y otros parámetros, están bajo control. Independientemente del medio acuático en el que pretendamos o se pretenda, desarrollar la actividad, lo importante es la práctica en sí. La natación es uno de los deportes por excelencia. Recomendado por médicos para paliar numerosas molestias físicas relacionadas con la zona lumbar o cervical, entre otras dolencias. Son numerosos los factores que hacen que la natación sea uno de los deportes más recomendados y de ello, vamos a hablar a lo largo de este post. A ver si a los de secano, nos entran ganas de convertirnos en pez.

Mejora tu cuerpo gracias a la natación

Practicar natación es una de las mejores opciones deportivas para mantener tu cuerpo a tono y mejorar a todos los niveles físicos. Para el cuerpo, nadar resulta, en líneas generales, mucho mejor que la práctica de cualquier otro ejercicio de tierra como correr o la bicicleta. La capacidad natural que posee el cuerpo para flotar en el agua, ayuda a evitar los golpes que pueden acabar en lesiones. En el agua, el peso del cuerpo muy inferior al peso en superficie: tan solo un diez por ciento de nuestro peso corporal, se hace notar en el agua.

El margen de movilidad, aumenta sustancialmente, algo muy relevante para personas que requieren ponerse en forma y ven limitada su movilidad. El agua es un excelente aliado, pues soporta el peso de los miembros. Esto lo convierte en una excelente elección para aquellos que quieren hacer ejercicio pero tienen problemas a la hora de realizarlo en tierra, debido al impacto  que ello genera y las limitaciones de movilidad propias.

Embarazadas, pacientes de artritis, personas con problemas de espalda o sobrepeso, pueden encontrar en la natación el deporte perfecto para poner su cuerpo en forma.

Igualmente, las personas que padecen algún tipo de afección pulmonar como el asma, respiran con mayor facilidad en ambientes húmedos como el que se genera en las piscinas.

Si a todo esto, añadimos los beneficios que supone para la salud mental, encontramos el deporte ideal. Nadar relaja las tensiones diarias, disminuye el aumento del tono muscular que produce el estrés, repercute en estados de animo positivos y ayuda a dejar en blanco la mente aislándonos, temporalmente, de los problemas.

Más y más beneficios

Por si fuera poco lo citado, la natación ofrece otra serie de beneficios nada desdeñables y que hay que tener en cuenta a la hora de decidirse por la práctica de algún deporte.

La natación es uno de los pocos ejercicios físicos que aportan beneficios generales al cuerpo: potencia fuerza, resistencia y elasticidad al mismo tiempo.

Posee todos los beneficios cardiovasculares que aporta el correr, a los que se suman los que aportan los ejercicios con pesas y potenciadores de la resistencia como la danza o el aerobic.

Al practicar natación, el cuerpo utiliza la gran mayoría de los grupos musculares. La exigencia física que requiere, ayuda a mantener el corazón y los pulmones en mejores condiciones físicas.

Gracias a la práctica continuada de un deporte como la natación, las articulaciones se mantienen más flexibles, especialmente en la zona del cuello, hombros y pelvis. Los grupos musculares que se utilizan, varían a razón del tipo de nado que se elija. Es decir, a crol se movilizan unos músculos, a mariposa otros, etc.

Practicar las diferentes modalidades de nado: braza, crol o espalda, involucra a un gran número de músculos: abdominales, bíceps, tríceps, glúteos, poplíteos y cuádriceps.

Como es evidente, nadando se incrementa el nivel de actividad física, por lo tanto, se aumenta la energía que se quema. La natación es uno de los deportes aeróbicos por excelencia para el control del peso.

Las personas mayores, cuentan con el beneficio de la mejora en la coordinación motora y la reducción del riesgo de rotura de caderas y las caídas. Además, les ayuda a mantener la fuerza física en niveles óptimos.

Todo esto, se puede potenciar

Nadar es de por si mismo un deporte completo. Cuenta con una larga lista de beneficios, como ya hemos podido comprobar. Es un deporte saludable, sencillo y que puede practicar casi todo el mundo, sin preferencia de edad ni necesidad de haber cumplido un desarrollo para iniciarse. Tampoco tiene contraindicaciones para las personas mayores, como ya hemos dicho, es especialmente recomendable para este sector de la población.

Pero los mas jóvenes, los más exigentes o aquellos que quieran sacar el mayor provecho de los beneficios que aporta este deporte, existen otros programas de ejercicio. Estos se dirigen a potenciar esos beneficios tan saludables que ofrece la natación.

Para los que están empezando en la natación o tienen pensado iniciarse, hay que empezar de forma paulatina. Como sucede con cualquier actividad deportiva cuando empezamos a practicarla, si no estamos en forma, vayamos paso a paso. En natación, lo aconsejable es nadar una longitud determinada y descansar entre treinta y sesenta segundos. No se trata de fatigarse no alcanzar un récord de velocidad. Al principio, la calma es el mejor aliado. La velocidad y la resistencia, llegarán con el trabajo diario.

A las pocas semanas, se puede y se debe, incrementar el tiempo que se pasa nadando. Una vez se alcanza cierto nivel, contamos con una mejor forma física y tenemos mayor resistencia, podemos empezar a adoptar programas completos: calentamiento de cinco a diez minutos, entre veinte y cuarenta minutos de natación a diferentes estilos y otros cinco o diez minutos de nado lento y relajado antes de finalizar.

Practicar natación entre tres y cinco veces por semana, proporciona mayor capacidad aeróbica, esto ayuda a fortalecer corazón y pulmones y ganar resistencia. Ganaras en elasticidad, contarás con mejor estado físico y psíquico en general.

A toda esta larga lista de beneficios, le falta un pequeño y mínimo detalle: fortalecer los huesos. Debido a que el impacto de la práctica de natación es mínimo, los huesos no se fortalecen como lo hacen cuando se práctica otra disciplina deportiva. Para complementar todos estos beneficios y potenciarlos, la mejor opción es caminar a buen ritmo algunas veces por semana, correr o realizar cualquier otro deporte de tierra. La presión que este tipo de ejercicio genera sobre los huesos, ayuda al aumento y mantenimiento de la masa ósea.

Combinando la práctica habitual de natación con otro deporte, lograrás mantenerte en forma y sacar el mayor provecho de los muchos beneficios que el deporte, ofrece.

Sabiendo todo esto, es difícil no sentir la necesidad de sumergirte en una piscina y sentirte como pez en el agua: nadar y nadar con la mente en blanco. Todo paz y relax a pesar de estar realizando un esfuerzo físico. Sin duda, siempre se ha hablado de las virtudes de la natación a nivel físico, sobre todo, en cuestiones de espalda, pero lo mejor de todo, es que los beneficios, van más allá.

 

 

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