La música puede proporcionar acceso inmediato sin palabras a sentimientos profundos y recuerdos olvidados hace mucho tiempo. Esto lo convierte en una poderosa herramienta terapéutica. La musicoterapia a menudo se ofrece en las clínicas como parte de un concepto terapéutico.
¿Qué es la musicoterapia?
La música juega un papel importante en la vida de las personas, tal cómo nos señala la profesional y maestra de piano Kristina Kryzanovskaya. Incluso antes del nacimiento, percibimos voces y sonidos en el útero de la madre. Algunas melodías nos alegran y nos hacen bailar, otras nos entristecen.
Los neurólogos han podido demostrar mediante técnicas de imagen que la música tiene una influencia demostrable en nuestra estructura cerebral. La música crea acceso a nuestro mundo interior. Esto permite que sentimientos profundamente ocultos salgan a la superficie.
Nuestros antepasados ya sabían que la música también tiene un efecto curativo. Ya en la antigüedad la música se utilizaba para tratar a los pacientes. Hoy en día, la musicoterapia se ofrece como apoyo terapéutico en clínicas o consultas ambulatorias. La musicoterapia puede realizarse tanto de forma individual como en grupo.
El término «musicoterapeuta» no está protegido por la ley. Por lo tanto, en los centros ambulatorios, los pacientes deben prestar atención a la formación que ha recibido el musicoterapeuta. Es necesario un conocimiento terapéutico profundo para el tratamiento exitoso de los trastornos mentales. Dependiendo del enfoque de formación del terapeuta, la musicoterapia se basa, entre otras cosas, en la psicología profunda, la terapia conductual, principios médicos o neurológicos.
¿Cuándo haces musicoterapia?
Si quieres hacer musicoterapia, no es necesario que tengas experiencia musical. La musicoterapia es adecuada para personas de todas las edades. Se utiliza con éxito en trastornos mentales como la depresión o los trastornos de ansiedad, pero también en personas con demencia, alzheimer, autismo o enfermedades físicas.
La musicoterapia ofrece la ventaja de que inicialmente funciona sin habla. Esto significa que las personas que tienen dificultades para hablar o comprender el lenguaje también pueden utilizar la música para establecer contacto con un terapeuta.
Sin embargo, hay personas a las que les resulta difícil acceder a la música. Por tanto, tiene sentido probar este tipo de terapia en una sesión de prueba inicial. La musicoterapia no es adecuada si el paciente la rechaza. Incluso si un paciente todavía se encuentra en un estado traumático agudo después de una mala experiencia, la musicoterapia puede ser problemática porque puede aumentar los sentimientos negativos. Para los pacientes que sufren de migrañas o tinnitus, se debe tener cuidado para garantizar que la música no les resulte una carga adicional.
¿Qué haces durante la musicoterapia?
En musicoterapia se distingue entre musicoterapia receptiva y activa. En la musicoterapia receptiva, el terapeuta pone música al paciente y deja que los sonidos actúen sobre él.
En la musicoterapia activa, el paciente crea sonidos por sí mismo y puede probar diferentes instrumentos. Sin embargo, no se trata de que el paciente aprenda a tocar un instrumento musical o reciba formación musical. El objetivo es que la persona afectada establezca una conexión con sus sentimientos y desarrolle su creatividad.
La musicoterapia también se puede utilizar para fortalecer la capacidad de expresión, aumentar la capacidad de concentración o trabajar la conciencia corporal y la confianza en sí mismo del paciente. A las personas mayores o a los pacientes con demencia, las canciones conocidas pueden traerles recuerdos. En la musicoterapia grupal, la improvisación compartida puede crear un fuerte sentimiento de pertenencia y seguridad.
La música pone en marcha procesos internos. Los sentimientos que provoca la música y los pensamientos que provoca varían mucho de persona a persona, por lo que, según el paciente, se trabaja en la musicoterapia con diferentes instrumentos y estilos musicales
Un proceso muy importante de la musicoterapia es la conversación. El paciente comenta con el musicoterapeuta lo que experimentó mientras escuchaba música. Durante el curso de la musicoterapia también pueden surgir sentimientos desagradables y recuerdos dolorosos. Estos se abordarán en la conversación. Se puede producir un cambio en los sentimientos y pensamientos si el paciente prueba nuevos tonos y sonidos y le deja trabajar en ellos.
Una gran ventaja de la musicoterapia es que ofrece numerosas oportunidades de expresión. Se utilizan instrumentos musicales que son fáciles de tocar. La batería, el piano, la guitarra, el xilófono y muchos otros instrumentos, además de su propia voz, permiten al paciente producir diferentes ritmos y sonidos. Algunos musicoterapeutas graban lo que se está reproduciendo para que el paciente pueda volver a escuchar las melodías y pensar en ellas.
¿Cuáles son los riesgos de la musicoterapia?
La música puede sacar a la superficie sentimientos que han estado profundamente ocultos durante mucho tiempo. Si las personas han tenido experiencias traumáticas, los sentimientos del trauma también pueden reaparecer. Sin apoyo terapéutico, dicha retraumatización puede tener consecuencias negativas para el paciente.
Tan pronto como surja una ansiedad intensa u otros sentimientos desagradables, el paciente debe hablar con su musicoterapeuta al respecto. Luego, el terapeuta puede tomar las medidas necesarias para estabilizar al paciente.
¿Qué tengo que considerar después de la musicoterapia?
Después de una sesión de musicoterapia, debes tomarte un tiempo para dejar que la música resuene en tu interior. Siente dentro de ti qué sentimientos tienes y permítete un poco de paz y tranquilidad para procesarlos.
En la siguiente sesión, el musicoterapeuta te preguntará cómo te sentiste después de la sesión de terapia. Al principio no es raro que se produzca un deterioro a corto plazo porque los sentimientos pueden ser abrumadores. Si algo te molesta o te sientes abrumado, debes comunicárselo al musicoterapeuta.
Hacia el final de la terapia, el musicoterapeuta decide junto con el paciente si tiene sentido o no una extensión de la terapia.