A veces, hay que hablar de cosas que nos resultan incómodas para obtener ventajas y ser conscientes de algunos ámbitos en los que nuestra vida puede mejorar. En este sentido, la capacidad de autocrítica y el hecho de reconocer que tenemos un problema son básicos y debemos implementarlos para que esas ventajas y beneficios para nuestra vida diaria puedan ser tales. No hay que tener vergüenza por reconocer según qué cosas si tenemos decidido que vamos a cambiarlas. Es lo primero que debemos tener claro cuando estamos a punto de decir ante alguien lo que hacemos mal.
En este sentido, tenemos que hablar de la salud dental. Debemos reconocer que no hemos hecho bien las cosas en este sentido en el interior de nuestras fronteras. A lo largo de los años, no hemos tenido en cuenta que debemos cepillarnos los dientes tres veces al día y que hay que acudir al menos una vez al año a la consulta del dentista para tener la capacidad de prevenir cualquier problema o solucionarlo a tiempo, antes de que ese problema genere algo mucho peor. No ha existido la conciencia que debería haber existido en todo momento en relación a un asunto como este y las consecuencias han sido que España haya estado muchos años a la cola en lo que ha tenido que ver con la salud bucodental.
Esto no ha hablado bien de nosotros precisamente. Y está claro que ha deparado problemas como un aumento en el número de personas que han tenido caries o que han padecido problemas como la halitosis. Estos problemas son bastante preocupantes y generan incomodidades difíciles de superar en muchas ocasiones y lo cierto es que ha estado en nuestra mano en todo momento la posibilidad de evitar estos y otros problemas ligados a la salud de nuestra boca. Y ojo, que no habrá sido porque hubiera pocos dentistas en España. Tradicionalmente, somos uno de los países de todo el mundo en los que más dentistas hay.
Es cierto que, hasta la mitad del siglo pasado, el español o la española media no contaba con los medios económicos ni con el conocimiento suficiente del tema como para haber cuidado de sus dientes como requerían. Nuestro país acababa de salir de una guerra sangrienta y caminábamos sobre el filo de la pobreza más absoluta. Pero esa excusa empezó a caer por su propio peso a medida que fueron pasando los años. Muchas décadas después del final del conflicto bélico, todavía era una amplia mayoría la que no cuidaba de sus dientes como era debido en España. Y ya sí que existían los medios económicos y el conocimiento del tema suficiente es como para haberlo hecho.
De aquellos barros, estos lodos. La falta de una cierta tradición en el cuidado de nuestros dientes hace que todavía hoy se noten las consecuencias negativas de los actos pasados en lo que respecta a nuestra salud dental actual. Ha sido muy difícil en España cultivar una conciencia social al respecto de un asunto como del que estamos hablando. Y eso es lo que ha hecho que hayamos sido por detrás de muchos de los países de nuestro continente en relación a la solución de problemas bucales y el mantenimiento de una higiene y limpieza en nuestra boca. Nos fastidia tener que decirlo de una manera tan directa y dura, pero la realidad es la que es y, como decíamos al principio, la autocrítica es necesaria para empezar a construir un progreso en la materia.
En una noticia publicada en el portal web Infosalus se revela uno de los datos que ponen de manifiesto todo lo que os venimos contando en los párrafos anteriores. La información apunta que al menos el 85% de los españoles reconocía tener un problema bucodental. Que casi 9 de cada 10 compatriotas tengan algún tipo de problema o defecto en su boca creemos que es una verdadera desgracia y que es motivo más que suficiente para que todos y todas tomemos cartas en el asunto y nos propongamos cambiar tantos hábitos como sea necesario para evitar que esa cifra continúe perpetuándose. No podemos permitirlo ni mucho menos. Hay que actuar y hacerlo cuanto antes.
Los problemas de índole bucodental han sido habituales a lo largo y ancho de toda la geografía española, si bien es cierto que parece que podemos confiar en que muchas personas empiecen a ponerles fin durante los próximos años. El motivo es que parece haberse instalado una cierta conciencia social en relación a este asunto según nos han comentado los profesionales de la clínica dental Alari, especialistas en estética dental, cirugía oral, endodoncias y ortodoncias. Esta es una noticia que llevábamos mucho tiempo esperando y que debe servir como un punto de inflexión para empezar a cambiar las cosas y obtener una salud dental que sí que nos pueda garantizar una vida mucho más cómoda y libre de dolores y amenazas.
Un problema que no solo es español
Ni que decir tiene que España no es el único país del mundo que padece problemas como los que hemos ido comentando a lo largo de los párrafos anteriores. Existen otros muchos países que tienen problemas bastante importantes en este sentido, sobre todo porque en muchos de ellos no hay medios suficientes como para acceder a una salud mental digna. Es el caso de innumerables naciones africanas, bastantes asiáticas y la mayoría de las sudamericanas y centroamericanas. Un asunto como lo es la pobreza afecta directamente a la salud dental de las personas que, en muchos casos, ni siquiera tienen el dinero suficiente para comprarse un cepillo de dientes.
Fruto de lo que hemos comentado en el párrafo anterior, hay un total de 3.500 millones de personas que sufren alguna enfermedad oral en todo el mundo. Este es un dato compartido por el diario Heraldo a través del enlace que os acabamos de dejar y que pone de manifiesto que hace falta un trabajo global para terminar con algo que podríamos considerar como una pandemia, un mal global que está empeorando la vida de muchas personas y que se podría solventar con un aumento de la conciencia y de los recursos destinados a tal efecto. Nadie se debería poder quedar fuera de una correcta salud oral.
La alimentación es una de las claves para no torpedear nuestra salud dental
Aquellos alimentos que tomamos tienen una relevancia muy grande en la calidad de nuestra salud dental. Si abusamos de productos azucarados, vamos a ser testigos de cómo se degrada poco a poco nuestra dentadura. Es algo que se le dice mucho a los niños y niñas pero que también debe ser tenido en cuenta por personas adultas, que muchas veces olvidan aquellas lecciones que le daban a sus hijos e hijas y sufren las consecuencias de una alimentación bastante mejorable en relación a la calidad de su salud dental.
El abuso de un producto como el café u otro como el tabaco también puede tener una serie de consecuencias fatales para nuestras piezas dentales. Ambos productos hacen que nuestros dientes adquieran un color amarillo y que corran el riesgo de pudrirse si no tomamos las oportunas medidas para evitarlo. La primera de esas medidas siempre debería ser dejar de lado el consumo de estos productos, pero como sabemos que es bastante complicado hacerlo para la inmensa mayoría de los consumidores, también os diremos que es preciso que mantengamos a rayar ese hábito de cepillar nuestros dientes tres veces al día si no vamos a dejar de consumir café o tabaco. Si decidís hacer caso de lo que estamos comentando, nos lo terminaréis agradeciendo.
Cuidar de nuestros dientes es siempre uno de los primeros pasos que debemos dar para cuidar de nosotros mismos. Es evidente que la problemática de un asunto como este nada tiene que ver con la que pueda generar algún otro problema de salud como lo puede ser un cáncer. No es cuestión de establecer prioridades entre una y otra, sino que creemos que, aunque una sea más peligrosa, podremos combinar los cuidados que se derivan de ambas para tratar de obtener un bienestar y una calidad de vida como los que realmente merecemos. La salud debe ser siempre nuestra prioridad y no solo podemos tenerla en cuenta cuando nos falta.
Ojalá que ese aumento de la conciencia del que hemos hablado algunos párrafos más arriba continúe creciendo y haga de nuestro país uno de los que se conviertan en tendencia por el buen estado de los dientes de su población. No hay nada más gratificante que es una sonrisa blanca y limpia, que un fresco aroma en la boca después de haber cepillado nuestros dientes y el hecho de saber que estamos poniendo de nuestra parte todo lo necesario para garantizar nuestro bienestar y también el de todas aquellas personas que nos rodean. El tiempo nos dirá si las cosas mejoran o preferimos seguir como estamos. Queremos creer que sucederá lo primero.