Poco a poco las clases se han ido acabando, los nervios de los exámenes de fin de curso se han ido pasando según se iban entregando esos exámenes, los profesores ya casi se van despidiendo… el curso académico va llegando a su fin, ya solo nos queda esperar las calificaciones con sus correspondientes caras de tristeza o alegría, dependiendo de cómo hayan sido… y, por supuesto, el gran viaje de fin de curso. Ese esperado viaje por el que los compañeros tantas tardes nos hemos reunido, entre otras cosas para debatir cuál sería el destino que escogeríamos, unos preferían sol y playa, otros un viaje para conocer y disfrutar una ciudad, una parte especial de algún país interesante… y al final, la gran mayoría se inclinó por compaginar ambas modalidades, siendo el resultado un destino sorprendente y encantador, la hermosa isla de Sicilia.
Una vez decidido el destino, rápidamente comenzó la planificación del viaje, fechas, vuelos, reserva de hotel… todo ello lo hicimos a través de internet, gracias a que la inmensa mayoría de los hoteles disponen de páginas web y plataformas que facilitan las reservas. En este sentido, la aparición de HotelUp ha supuesto para muchos establecimientos un gran paso adelante y es que la externalización de servicios especializados en E-commerce para hoteles independientes, apartamentos turísticos, casas rurales o pequeñas cadenas hoteleras, ha sido sin duda una gran revolución que incorpora un motor de reservas, un mejor posicionamiento en buscadores, una imagen corporativa atractiva, etc.
Quizá fuese el marketing, las ofertas o los servicios, pero al final el viaje se hizo a Sicilia, un lugar que es un todo en medio del mediterráneo, tiene un excelente clima, playas preciosas, una gran historia, templos griegos, una exquisita gastronomía, cultura popular, naturaleza, una ciudad caótica… e incluso un gran volcán en activo, el Etna. ¿Se puede pedir más?, desde luego que no, pero vayamos por partes. La llegada al aeropuerto de Palermo, nos dio pie para conocer esta encantadora y anárquica ciudad, con un tráfico de vehículos que solamente los sicilianos son capaces de entender. Esta ciudad fue un importante cruce de culturas, por lo que sus monumentos son un fiel reflejo de los avatares de la historia. Así no podemos dejar de visitar:
- La Catedral. Se inicia su construcción en el año 1184 en el lugar donde se asentaba una mezquita musulmana. Debido a las añadiduras y restauraciones que ha sufrido a lo largo de los siglos presenta una mezcla de estilos, que le aportan un gran carácter. En el año 2015 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
- Palacio de los Normandos o Palacio Real. Construido hacia 1130, con un estilo árabe-normando-bizantino, fue sede de los reyes de Sicilia y actualmente alberga la sede del Parlamento Siciliano. En su interior se halla la Capilla Palatina. Forma parte del Patrimonio de la Humanidad.
- Plaza Quattro Canti. Esta plaza octagonal y de estilo barroco se construyó en 1620, está situada en el cruce de dos calles principales de Palermo. La conforman cuatro palacios, de cuatro alturas, con fachadas similares y curvas. Cada fachada contiene una fuente con estatuas que representan las cuatro estaciones, las estatuas de cuatro reyes españoles y las de las cuatro patronas de Sicilia.
En la localidad de Agrigento, se halla el Valle de los Templos. Una ciudad esplendorosa fundada en el 580 a.C. y que hoy es un recinto arqueológico formado por más de diez templos griegos, todos de estilo dórico, y otras construcciones. Según cuentan los investigadores es el mejor conservado del mundo. Declarado Patrimonio de la Humanidad, el estado de conservación de sus templos varía de unos a otros. Dominando el recinto y el valle se halla el Templo de Juno, dedicado al dios Juno, que data del año 450 a.C. y que conserva varias filas de columnas. El Templo de la Concordia, levantado entre el 450 y el 400 a.C., y considerado como uno de los mejor conservados del mundo. El Templo de Hércules, del 510 a.C. y por lo tanto el más antiguo de este valle. Además de los templos se conservan varios santuarios, una necrópolis, parte de los muros que protegían la ciudad y los jardines de Kolymbrethra, uno de los más antiguos de la humanidad, pues hay constancia de ellos en el siglo I a.C.
La gastronomía siciliana
La gastronomía siciliana se incluye dentro de la dieta mediterránea, su situación geográfica y su clima condiciona parte de su alimentación. Al ser una isla en sus platos nunca faltará el pescado, al igual que el aceite, los piñones, la fruta, la verdura, las hierbas aromáticas y por supuesto la pasta. Platos típicos de su mesa son la “parmigiana siciliana”, “pasta con sardinas”, “pasta alla norma”, “los arancini”, “cannoli”, etc.