Un gesto, un simple gesto, es suficiente para poder cambiar el mundo. Así es como se hacen las grandes modificaciones. Y cuando hablamos de medio ambiente, son estos pequeños gestos los que hacen cambiar grandes cosas. Por eso, hoy quiero hablar de cómo teniendo una mentalidad verde en el hogar podemos ayudar al mundo, a nuestra casa y…a nuestro bolsillo.
La buena noticia es que se puede reducir este desembolso económico. ¿Cómo? A través de un consumo eficiente que conseguirás si sigues las pautas propuestas a continuación. No dudes que la conciencia ecológica comienza en casa.
Ahorrar agua
Está en nuestra mano. Es tan fácil como cerrar el grifo y hacer un uso coherente del agua. Hay gestos que son muy fáciles. Por ejemplo lo que tenemos que hacer es ducharnos y no bañarnos, porque es la mejor forma de que no gastemos. Cada vez que se bebe agua, se utiliza un vaso y se mete sin pensarlo en el lavavajillas. Esta acción, repetida varias veces al día por todos los miembros de una familia, hace que en poco rato la zona de los vasos en el lavaplatos se llene. ¡El retrete no es una papelera! Pañuelos de papel, pequeños recibos, algodón de desmaquillarse ¡e incluso toallitas de bebés! Hay quien emplea el inodoro como si fuera un cubo de basura. Por supuesto, no dejes el grifo abierto mientras te lavas los dientes o te afeitas. Tampoco mientras te enjabonas en la ducha.
Bolsas biodegradables
Un pequeño gesto para nosotros, pero grande para la humanidad. Sin duda, las bolsas de plástico son las que más contaminan. En nuestra casa tenemos que apostar por las biodegradables. Como nos indican desde esta fábrica de bolsas, unas bolsas biodegradables compostables que están fabricadas con materiales compostables de primera calidad y origen vegetal. La biodegradación de estos materiales dependerá de las condiciones a las que se vean expuestos, generalmente empiezan a perder propiedades a partir de 1 año y se acelerará la descomposición si se encuentran en un entorno de compostaje pasando al final del proceso a convertirse en materia orgánica que podrá utilizarse como compost y poder ser usado como fertilizante agrícola. Por lo tanto, es un gran gesto que podemos tener y así nos olvidamos de almacenar bolsas y bolsas de las que contaminan.
Desconectar la electricidad
Si hay algo que nos da miedo en los últimos años es la de comprobar la factura de la luz. Por eso, si además de querer ahorrar, queremos ser buenos con el medio ambiente, vamos con este gesto. A los niños les gusta usar los aparatos electrónicos como consolas de videojuegos, tabletas, ordenadores y teléfonos. A menudo los dejan enchufados, aun cuando no los están utilizando para nada. Lo mismo pasa con los mayores con la televisión, la radio o los electrodomésticos de la cocina.
Esto deja gastos de energía y cargos innecesarios en las facturas. Por es lo que tenemos que hacer es con los miembros de la familia y recordar que antes de acostarse deben desconectar los cargadores y colocarlos en una cesta o cajón.
Reciclaje
El mensaje hogareño que queremos mandar es que la mejor opción es la de reutilizar siempre, si no es posible, entonces recicla siempre. Es decir, hay que reciclar siempre el vidrio, el papel y cartón, y el plástico que no puedas reutilizar de ninguna manera. Por la salud de tu familia y por la del planeta, hay que utilizar en el hogar productos de limpieza ecológicos. Y por supuesto, atención a nuestro armario. La primera premisa que deberíamos tener todos presente es que no hay prenda más sostenible que la que ya está fabricada.
Jardín en casa
La jardinería es una gran oportunidad para acercarnos a la naturaleza y el medio ambiente. Vamos a observar poco a poco como ciertos elementos como el agua, semillas y fertilizantes se combinan para crear algo nuevo. Además si hay niños en casa va a servir para crear cantera. Si tenemos la oportunidad de tener un jardín en casa, es la mejor forma. Incluso si tenemos sitio se puede hacer un pequeño huerto para cultivar nuestros propios tomates o lechugas. De esas que sabes que gustan mucho.
Con todo esto vamos a conseguir una conciencia ecológica. Esa preocupación por los problemas ambientales que tenemos y que buscamos información acerca de ellos. Se trata de un primer paso para cambiar de actitud respecto al tipo de producto que se quiere comprar, junto a un comportamiento que conserve el medio ambiente. Y con estos pequeños gestos lo vamos a conseguir.