En muchas ocasiones hablamos de lo que ha cambiado nuestra sociedad con el paso de los años, pero esos cambios también se dan en el interior de nuestras viviendas, en cada una de las estancias de las mismas. La vida avanza de manera inexorable y ese avance suele tener como acompañamiento un cambio en la rutina de la gente y en su vida. Es algo que ha pasado siempre y que en la actualidad, como seguro que pensáis, se sigue produciendo. Seguro que vuestra casa o piso no es la misma que hace 10 o 20 años.
En los párrafos que siguen, vamos a comentar algunos de los cambios que se están produciendo en lo que tiene que ver con el hogar en nuestro país. En concreto, vamos a hablar acerca del tamaño de las viviendas en el centro de las ciudades, que como sabéis es siempre objeto de la polémica, y algunas de las cosas que han implementado las familias para poder vivir en lugares así tratando de evitar a toda costa todo indicio de estrés, algo que sobre el papel parece bastante complicado y que, en efecto, lo es.
Una noticia que fue publicada en la página web de la Cadena Ser habla perfectamente de lo que queremos comentar: del chabolismo vertical y de cómo es posible vivir en un piso de 20 metros cuadrados en el centro de Madrid. La verdad es que se antoja complicado hacerlo, ¿no creéis? Pues bien, eso ocurre y, tristemente, está a la orden del día en la capital de España y en otras ciudades como lo puede ser Barcelona. Y para qué vamos a hablar de lo que hay que pagar por vivir en un lugar así. Suena ridículo solo mencionar los precios que se manejan a tal efecto.
Con estos mimbres, es evidente que las familias tienen que buscarse las mañas a la hora de convivir sin demasiados aprietos. Una de las estrategias que han manejado para ello es la eliminación de ciertos electrodomésticos. El ejemplo clásico es el de la lavadora. Son muchas las familias que han decidido eliminar las lavadoras de sus viviendas y hacer la colada fuera de sus casas, en locales y establecimientos habilitados para ello y que, a causa de esto, se están poniendo más de moda que nunca en muchas ciudades de nuestro país. En concreto, una noticia que fue publicada en el portal web Economía de Hoy indicaba que son más de 14 millones de hogares los que no tienen lavadora, una cifra que habla por sí sola y que seguro que es mucho más amplia de lo que os podríais imaginar en un principio.
Son muchas las personas que viven en espacios reducidos en el interior de nuestras fronteras, especialmente en pisos de ciudades como Madrid y Barcelona. Hacer algunos cambios en el hogar es fundamental para evitar sentirse hacinados, y una de esas modificaciones que se valoran es la de no disponer de una lavadora en casa, un elemento que mucha gente considera básico. Los profesionales de Lavatur, dedicados a la venta de maquinaria de lavandería industrial, nos han comentado que son muchas las lavanderías que han empezado a operar en grandes núcleos urbanos como consecuencia de esta situación.
Una situación cada vez más habitual
Que negocios como de los que venimos hablando estén cada día más presentes en nuestras calles y plazas no es fruto de la casualidad ni mucho menos. Es evidente que, si están ahí, es porque tienen un nicho de mercado de lo más interesante. Y es que son cada vez más las personas que se encuentran en una situación como la que os hemos comentado y que tienen que echar mano de lavanderías por falta de espacio para una lavadora en casa.
Lo cierto es que las valoraciones que están haciendo las personas de este tipo de negocios no son nada malas hasta el momento. La calidad en el servicio es la misma que si dispusiésemos de la lavadora en casa y, de este modo, ganamos algo de espacio en nuestra vivienda. Es evidente que, si tenemos espacio suficiente, contar con ella en nuestra propia casa nos puede facilitar la vida y ahorrarnos tiempo. Todo depende de cómo sea nuestra vivienda.
Lo que os hemos comentado a lo largo de todo este artículo no es algo que sea propio de manera exclusiva de un país como España. Es una tendencia a nivel, sobre todo, europeo. No es nada raro encontrarse lavanderías como de las que hemos venido hablando en las calles de Berlín o en las de Londres. Y es que este es un fenómeno que se halla en todo el Viejo Continente y que, según parece, ha venido para quedarse.