Roberto Suárez - Actualízate

Estrés y ansiedad, grandes amenazas para la salud en la vida moderna

Uno de los máximos tesoros de los que dispone el ser humano es, sin duda, su salud. Sin ella, las personas no somos nada, estamos expuestas a cualquier problema y no tenemos la capacidad de luchar por nuestra felicidad. Sin embargo, con ella, podemos ser entes indestructibles. No hay nada que valga tanto la pena como cuidar de nuestra salud. Ni siquiera el dinero es más valioso que ella. La verdad es que no hay motivos para poner por delante todo lo que tenga que ver con lo económico en comparación con la salud. Es una pena que todavía haya muchas personas que prefieran el color del dinero a la felicidad que supone estar bien.

Cuando hablamos de salud, tendemos a olvidarnos de un aspecto como lo es la salud mental, que es una de las que va a determinar el resto de nuestro estado físico. Tener una salud de hierro no solo tiene que ver con no padecer dolores en ningún centímetro cúbico de nuestro cuerpo, sino que también tiene mucho que ver con el hecho de encontrarnos bien desde el punto de vista psicológico. Ojalá que todo el mundo tuviera en consideración este asunto porque ese sería el primer paso para intentar cuidar de ella y no sufrir en exceso por ello.

En los tiempos que corren, peligros como el estrés o la ansiedad forman parte del día a día de la gente. Y es una verdadera lástima que así sea, para qué os vamos a engañar. El mundo gira a una velocidad de vértigo y muchas personas tienen dificultades, sobre todo en lo que a su puesto de trabajo se refiere, para intentar adaptarse a ello. Está claro que hay que hacer algo para intentar corregir este asunto porque, de lo contrario, las consecuencias mentales que eso va a ocasionar en el ser humano pueden ser de lo más peligrosas. Ojalá que tengamos la capacidad para desafiar problemas como estos y que salgamos bien parados tras ellos. Nadie se merece pasar por ahí.

En una información publicada en la página web Medical News Today se informaba de algunas de las causas de la ansiedad o técnicas para hacer frente a un mal como del que estamos hablando. Nosotros vamos a hacer incidencia en las primeras, en esas causas que están detrás de este problema:

  • La presión social es una de las más grandes.
  • El trabajo, el estudio o todo lo que se derive de cumplir con una fecha límite.
  • Dificultades financieras.
  • Problemas de relaciones, ya sea de amor o de amistades.
  • Problemas de salud.
  • Problemas que tengan que ver con nuestra vida diaria en casa o sociales.
  • Dificultades que estén ligadas a una situación de racismo o prejuicios que tengan que ver con el género.
  • El abuso y la negligencia también pueden estar detrás de esto.

Y este tipo de problemas y situaciones son más comunes de lo que podemos llegar a pensar. Según una noticia del diario Heraldo que fue publicada en septiembre de 2017, el estrés continuado afectaba al 42% de la población española, siendo especialmente preocupante la cantidad de gente de menos de 45 años que lo sufría. La verdad es que estamos hablando de un asunto que merece toda la atención que la sociedad le pueda brindar. Nadie está libre de padecerlo y somos muchas las personas que lo hemos tenido que sufrir en algún momento de nuestra vida. Y cualquiera os puede decir que no es agradable ni mucho menos encontrarse en una situación como la que estamos describiendo.

Es complicado enfrentarse a una situación como de la que estamos hablando. Y nos da la sensación de que muchas veces es algo que solo sabe quien la ha padecido en sus propias carnes. Sufrir ansiedad o estrés, y más si son algo común en nuestra vida diaria, es algo que nos condiciona de una manera brutal y que muchas veces nos pone entre la espada y la pared. La verdad es que es algo que no se lo podemos desear ni a nuestro peor enemigo porque supone una pérdida de calidad de vida brutal, mucho más grande que la que nos podríamos llegar a imaginar. Por tanto, lo mínimo que debemos hacer es enfocar el asunto con el respeto que se merece siempre que vayamos a hablar de él.

El estrés y la ansiedad son dos de las grandes amenazas modernas para la salud. Decimos modernas porque se han empezado a tratar ahora, pero es cierto que se llevan padeciendo durante siglos. La doctora Emma Ribas, encargada de realizar diferentes actividades ligadas a la terapia individual, nos ha indicado que el crecimiento en el diagnóstico de estos problemas se está multiplicando y que el ritmo de vida que llevamos es lo que nos está conduciendo mayoritariamente a padecer una situación como la que caracteriza a estos problemas.

El trabajo es una de las actividades que más nos conducen a una situación como la de la ansiedad o el estrés. Una mala situación laboral (sobre todo en lo que tiene que ver con el abuso de autoridad de nuestro responsable, un contexto en el que exista el bullying o un mal ambiente con nuestros compañeros, entre otras cosas) termina generando que haya problemas de enorme calado en nuestro interior, que no nos sintamos cómodos con nosotros mismos y que, en resumidas cuentas, no tengamos la capacidad de trabajar en las mismas condiciones en las que lo hacen todas aquellas personas que se han librado de sufrir estos problemas.

Pero no es solo el trabajo el que puede declarar una situación de ansiedad o estrés. Ya hemos destacado antes que hay determinados momentos personales o familiares en la vida que pueden tener una enorme influencia dentro de ese campo. Imaginaos que uno de nuestros familiares más cercanos sufre una enfermedad que puede acabar con su vida. ¿No es esa una causa suficiente como padecer ansiedad? O imaginaos también que toda nuestra unidad familiar es dependiente de nosotros o nosotras. ¿No sería lógico sentir estrés en un caso así, con tanta responsabilidad? Entendemos perfectamente que sea así.

Ojalá que todo el mundo sea capaz de escapar de situaciones así, pero lo cierto es que eso es de todo menos sencillo. Ante una situación como esta, es importante que se tenga en cuenta lo importante que resulta pedir ayuda. Si sentimos que el mundo se nos viene encima, que no tenemos la oportunidad de salir del atolladero o que vamos a seguir en una línea de estrés o ansiedad durante toda la vida, lo idóneo es que no carguéis vosotros solos con ella ni mucho menos. Hay gente preparada para atender casos como el vuestro y que lo pueden hacer de una manera extraordinaria.

Un mal que también crece entre la infancia 

Una de las cosas que más nos preocupa y que nos llama la atención al mismo tiempo es que la depresión, el estrés o la ansiedad son asuntos que están siendo cada vez más comunes entre los jóvenes. Y este es un problema que nos preocupa de lo lindo. Deberíamos plantearnos, como sociedad, hacia dónde vamos teniendo en cuenta que que incluso son niños indígenas de corta edad los que padecen las consecuencias de asuntos como de los que venimos hablando. No nos lo podemos permitir y es absolutamente injusto que haya personas de esa edad que ya se tengan que enfrentar a situaciones tan complicadas como las que provocan la ansiedad, el estrés o la depresión

Con esto no queremos decir que no sea importante erradicar problemas como estos también entre los adultos. Lo que queremos decir es que, cuando una persona empieza a familiarizarse con el estrés, la ansiedad o la depresión desde tan pequeña y no pide ayuda, lo más lógico es que esos problemas se vayan haciendo más y más grande con el paso del tiempo, hasta tal punto de que mucha gente no disponga de la oportunidad de tener una vida que se catalogue como normal. Ojalá que todas las personas que se encuentren en una situación así, con independencia de la edad que tengan, obtengan la ayuda que necesitan y que merecen. Porque, como os decimos, nadie merece pasar por un infierno como el que provocan los males que son protagonistas en este artículo.

Poco a poco, la sociedad va adquiriendo conciencia al respecto de lo necesario que es pedir ayuda en una situación como la que hemos descrito. Eso es lo que nos ayuda a ver el futuro de otra manera, de un modo mucho más ilusionante. Creemos que la gente ha dicho “basta” y que nadie considera que tenga por qué pasar por una situación como la derivada de padecer ansiedad, depresión o estrés. También hay que poner al servicio de la gente los medios para poder acabar con estos males. Y esa es la labor de los psicólogos, quienes tienen la llave de una mejor calidad de vida en muchas personas. Confiar en ellos es siempre una alternativa que va a funcionar y que va a poner a disposición de las personas afectadas una vía para, al fin, alcanzar la felicidad que merecen.

 

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