No es una opción de ocio para nosotros, pero es uno de los mejores regalos que podemos hacer a nuestros hijos. Inscribirlos en un campamento de inglés de verano, no solo potencia su formación y perfecciona el manejo del inglés, que tan beneficioso le puede resultar el día de mañana, sino que es regalarles una experiencia que no olvidarán nunca. Los padres actuales tendemos a relacionar el ocio de nuestros hijos con el aprendizaje. Lo podemos ver en las actividades extraescolares que seleccionamos. Inscribimos a los niños en clases de inglés o música, fuera del horario escolar.
Muchas de estas actividades tienen un tono lúdico. Sabemos que un niño es una esponja, que está absorbiendo conocimiento continuamente, pero nos hemos dado cuenta de que si lo hacemos combinado con el juego y la diversión, es más fructífero que si se lo imponemos con disciplina castrense.
En los idiomas, esa facilidad para aprender que tienen los niños es más que notable. Es más sencillo aprender otra lengua cuando somos pequeños que si lo intentamos de adultos. Y el aspecto lúdico en un campamento de verano siempre está presente.
Marga inscribió a su hijo David, de 10 años, en un campamento que se organiza en el Pirineo de Lleida. Se enteró de que existía, por casualidad, cuando visitó la página web de C.L.S.-Idiomas, una agencia que organiza actividades para niños e intercambios educativos relacionados con el inglés. Su hijo regresó del campamento muy contento, y su nivel de inglés aumentó considerablemente. Marga se lo recomienda a todos los niños. Ya no solo por el aprendizaje del idioma, sino que según ella, porque es una experiencia de vida.
¿Cómo funcionan los campamentos de inglés?
Existen diferentes tipos de campamento, pero como bien dice la web Guía Infantil, todos tienen un denominador común: la inmersión lingüística. Desde que el niño entra en el campamento hasta que sale, toda la actividad se desarrolla en inglés.
Es la lengua en la que los monitores se dirigen a los niños, pero también la que deben emplear ellos para relacionarse entre sí. De esta forma se esfuerzan en hablar inglés y lo van perfeccionando. Es como si se hubieran trasladado de país. Todo eso, sin menosprecio de que se puede recurrir al castellano cuando sea necesario.
Es habitual que en los campamentos de inglés se impartan clases de gramática y de vocabulario. Refuerza la formación del niño, pero en realidad ocupan un espacio ínfimo del tiempo total. No es llevar a los niños a una academia. Las actividades recreativas son el elemento predominante.
En algunas zonas turísticas, como la Playa de Gandía (Valencia) se organizan campamentos de tarde, a los que acuden niños que están allí de vacaciones y otros que viven en la ciudad. Tienen un horario acotado, de 4 a 8 de la tarde, de lunes a viernes. En ese tiempo se les introduce en deportes náuticos como el surf, el windsurf y se organizan campeonatos de vóley-playa. También efectúan alguna excursión por pinares cercanos de la zona. Cada día tienen un punto de encuentro, y a partir de ahí se dividen en grupos por edades para realizar las actividades del día. El elemento coincidente es que todo se desarrolla hablando en inglés. Es frecuente que alguna tarde se reúnan todos en corro a escuchar historias en inglés y después comentarlas.
El otro tipo de campamento son los campamentos de internado. Ubicados en alguna zona rural, rodeada de entorno natural. Durante 15 días, los niños conviven alejados de sus padres. Duermen en habitaciones de albergue, en literas, y comen todos juntos o por turnos en un gran comedor. Son campamentos multiactividades. En ellos se combinan deportes de aventura como el piragüismo o el tiro con arco, con actividades en la naturaleza, prácticas de manualidades y, desde luego, clases en inglés para aprender a desenvolverse con el idioma en situaciones cotidianas y divertidas.
Los campamentos de verano de inglés van dirigidos a niños de 8 a 12 años, aunque en los últimos años han proliferado los que aceptan niños desde los 5 años. Es una forma de que se vayan familiarizando con el idioma. En todos los campamentos se efectúan pruebas de nivel, es una forma de evaluar el conocimiento de inglés que tiene el niño y evitar que se sienta aislado al no poder entender a los monitores. Estos, a su vez, se plantean objetivos individuales y colectivos para aumentar el nivel de los alumnos.
La inmersión lingüística.
Es un modelo educativo que consiste en fomentar el manejo y aprendizaje de una lengua. No solo lo utilizan centros de idiomas y academias, también se emplea en la enseñanza convencional. Cataluña lo lleva utilizando en la enseñanza pública en los últimos 30 años. Nunca antes se había fomentado tanto el bilingüismo en la región.
En un colegio de primaria y en un instituto de secundaria todas las clases se imparten en catalán, excepto inglés y castellano. No es que los niños renuncien a hablar castellano, es algo impensable, en el área metropolitana de Barcelona, el castellano es la lengua predominante, pero sí obligan a los niños a que aprendan el idioma catalán.
Al estudiar en catalán no se limita el aprendizaje del alumno, al contrario. Los conocimientos que ha adquirido el alumno en la lengua catalana, los traduce de manera instintiva al castellano, desarrollando un bilingüismo natural.
Este modelo también ha sido adoptado, por una parte, de la enseñanza privada en los llamados colegios bilingües. Colegios, ubicados en España, que imparten las clases de todas sus asignaturas en inglés u otro idioma. Se caracterizan por formar promociones de alumnos con un alto nivel en el dominio de un idioma determinado. En un colegio inglés, aunque esté en Barcelona, el alumno no concibe la lengua británica como una herramienta con la que hacer una redacción o mantener una conversación sencilla, sino como el canal en el que estudia, se expresa y se relaciona con profesores y compañeros, como lo podría hacer en castellano.
Para implantar la inmersión lingüística es interesante apoyarse en profesorado nativo. Docentes que emplean el lenguaje en el que se quiere instruir de forma habitual. No que dominan la gramática y la sintaxis, sino que piensan en esa lengua. Puesto que un idioma, además de ser un código de expresión, también lo es de aprendizaje y de pensamiento.
¿Qué necesita tu hijo para ir a un campamento de inglés?
Ir a un campamento de inglés es como ir a cualquier otro campamento de verano. El periódico El Mundo, en su suplemento para padres “Sapos y Princesas” presenta una lista de artículos que no pueden faltar en la maleta de un niño que se va de campamento. Estos son los imprescindibles:
Ropa cómoda.
- Dos pantalones largos y tres cortos.
- Un mínimo de 6 camisetas de manga corta de algodón.
- Ropa interior para que se pueda cambiar a diario.
- Dos pares de zapatillas deportivas y unas chanclas por si tiene que ir a la piscina o unas botas de montaña por si sale al campo.
- Dos pijamas.
Ropa de abrigo.
Hay que pensar también en que el niño debe ir prevenido por si alguna tarde-noche el tiempo refresca o si bajan las temperaturas. En ese sentido debe llevar:
- Dos sudaderas.
- Una chaqueta de chándal, que se pueda quitar fácilmente.
Gorra y protector solar.
El niño pasará tiempo al aire libre y debe tener la cabeza y el cuerpo protegidos.
Utensilios de aseo.
- Una toalla grande de ducha y otra pequeña para que se pueda lavar la cara y las manos.
- Un neceser con todo lo básico: peine o cepillo para el pelo, cepillo de dientes, pasta dentífrica, cacao para los labios, una botella pequeña de champú, otra de gel de ducha, crema hidratante de manos.
- Es interesante añadir loción anti-piojos. No tiene por qué suceder nada, pero el niño pasará una quincena fuera de casa y es importante salir prevenido.
Documentación.
El niño debe ir al campamento documentado. Si ya tiene D.N.I. es importante que lo lleve consigo. Es normal que los campamentos cuenten con un seguro de accidentes, aun así, entrégale a tu hijo una fotocopia de su tarjeta sanitaria y un papel con tu número de teléfono.
Recuerda que todas sus pertenencias deben ir marcadas. Es la manera de tenerlas controladas. Coincidirá con más niños y es inevitable que las prendas se mezclen. La mejor forma de marcarlas es con trozos de tira termo-adhesiva con las iniciales de su nombre escritas con tinta permanente.
Para los padres, la salida de los hijos es toda una preocupación. En cierto modo, somos un poco sobre-protectores. Estaremos preguntándonos todo el rato si se encontrarán bien. Esta experiencia va a aumentar su autonomía y su autoestima. Pasará todo el tiempo con niños de su edad, protegidos por un equipo de monitores que velan por su seguridad y disfrutando de lo lindo. Y además, aprendiendo un idioma.
Inscribir a nuestros hijos en un campamento de verano de inglés es una experiencia formativa que sobrepasa el mero hecho de perfeccionar un idioma.