Roberto Suárez - Actualízate

La hamburguesa perfecta existe

Son solo cuatro palabras pero rotundas. ¿Verdad? Pero ya te digo que es verdad, porque si algo he comido a lo largo de mi vida son hamburguesas. Y puedo decir que después de muchos atracones la hamburguesa perfecta existe. Pero de momento, no te voy a decir dónde la puedes comer. Primero vamos con un poco de teoría, antes de entrar en la práctica.

Os cuento un poco de mí. La verdad es que no sé en qué momento exacto empezó mi obsesión por esta comida, pero lo cierto es que llevo años persiguiendo la hamburguesa perfecta como quien busca el amor verdadero. Aunque ya os digo que es más fácil lo de la hamburguesa.

Fuera de bromas, he probado hamburguesas en muchos sitios. En carritos callejeros de Nueva York, en bares escondidos de Berlín, en locales gourmet de Barcelona, y hasta en pequeños pueblos donde nadie esperaría encontrar una joya culinaria. La verdad es que creo que he comido en todos los sitios. Mis amigos ya saben que si voy con ellos de viaje, ya hay que comerlas. Mi lema es “si hay hamburguesa, se prueba”.

Y que os voy a decir mucho cuidado con eso de dar gato por liebre, porque ahora mismo en todas las ciudades hay un boom de nuevas hamburgueserías, pero no todo vale.

Ahora bien, si algo he aprendido es que no todo lo que lleva pan y carne merece ser llamado hamburguesa. En este caso soy muy crítico, y no, no exagero. A veces he sentido que me estaban tomando el pelo. Seguro que sabes de que hablo cuando te digo esos panes que parecen esponjas viejas, carnes secas que ni el kétchup resucita, y una combinaciones de ingredientes que parecen sacados de una cueva del terror.

Así que antes de deciros dónde he comido la mejor hamburguesa. Os cuento algunas cosas que son siempre esenciales para mí. Yo creo que el pan es vital. No me sirve cualquier bollo. Tiene que ser suave pero resistente, que no se deshaga a la segunda mordida ni se convierta en una esponja empapada de salsas. Un brioche ligeramente dulce, tostado por dentro, suele ser una buena apuesta. En uno de mis viajes a Chicago probé uno de los que más me gustaron.

La carne

Sí, la carne es el alma de la hamburguesa. Es lo que más importancia le doy. He comido hamburguesas con carne tan procesada que parecía una albóndiga industrial aplastada. En mi opinión la carne debe ser fresca, jugosa, con un buen porcentaje de grasa, 80/20, para mí es lo ideal, y cocinada al punto justo. No hay nada más triste que una hamburguesa bien acompañada con una carne seca y sin sabor. Y venga, os voy a decir ya donde he comido la mejor hamburguesa.

Ha sido en West End en Maspalomas, en un viaje que hice hace unas semanas. Y encima lo hice en la famosa Playa del Inglés. Hamburguesas de primera calidad y filetes de wagyu y black angus. En este caso aposté por una hamburguesas Blackangus con carne de Uruguay, con eso está todo dicho. Una gozada. Y encima preparada en parrilla, muy recomendable.

El queso

Ahora que ya os he descubierto mi mejor secreto, sigo dando más trucos para encontrar la mejor hamburguesa, o como yo digo, la perfecta. Pues bien, en mi opinión, el queso no es un extra, es un actor principal. Y tiene que fundirse, envolver la carne, no quedarse como una loncha fría encima. El cheddar maduro es el clásico que nunca falla, pero me he topado con combinaciones que rozan lo sublime, así que no quiero dar muchos nombres.

La salsa

Por supuesto, tengo que hablar de ello. No me vale una mezcla de mayonesa y kétchup sin más. Una buena salsa complementa, no tapa. En una hamburguesería de Copenhague probé una con una emulsión de mostaza antigua y miel, con un toque de estragón, que casi llego al orgasmo.

Para terminar, también os digo que creo que es vital el orden. En mi opinión, el pan inferior debe sostener, no hundirse. La lechuga mejor entre carne y pan para que no se humedezca. La distribución debe permitir que cada bocado sea equilibrado. Porque no hay nada peor que morder sólo pan, o acabar con toda la carne en una esquina. Así de claro.

Y no, no paro aunque ahora parece que ya he encontrado la hamburguesa perfecta, seguiré buscando, porque nunca sabes lo que te puede ofrecer de nuevo la vida

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