Tenemos encima el mes de septiembre, uno de los más temidos de todo el año. No es algo que digamos nosotros, es algo que todo el mundo suele decir. Y argumentos para ello no faltan, desde luego. Por un lado, es un mes en el que toca regresar a la realidad después de las vacaciones. Agosto es una época del año fantástica porque casi todo el mundo tiene la oportunidad de tomarse un break del trabajo, pero el síndrome postvacacional que trae consigo septiembre es demoledor. Por otro lado, septiembre suele ser un mes de muchos gastos, especialmente si tenemos hijos e hijas a nuestro cargo y tenemos que afrontar la vuelta al curso escolar.
Un interesante artículo escrito en el diario El Independiente por Mikel Segovia habla sobre todas las implicaciones que tiene el noveno mes del año y se atreve a decir, contó del acierto del mundo, que septiembre es el enero del verano. Ya sabéis que todo el mundo suele decir que enero es el mes más triste porque acaban de pasar las navidades y porque hasta que lleguen las próximas vacaciones, que suelen ser en Semana Santa, no hay apenas puentes o días festivos. Os con septiembre pasa algo parecido. Acaba de pasar el verano que nos sentimos nostálgicos de todos esos días de ocio y asueto que hemos pasado, aunque es verdad en este caso que siempre suele haber alguna fiesta a lo largo del otoño para no hacer tan pesadas las semanas.
Si hacemos un repaso por todos aquellos gastos con los que se corre en el mes de septiembre, nos podemos echar las manos a la cabeza muchas veces. El coste de regresar a las clases es el de los propios libros y demás materiales para usar durante la jornada lectiva, pero no debemos olvidar que también arrancan las clases extraescolares, que se encuentran muy lejos de ser gratuitas o estar asociadas a tasas que se encuentran a un buen precio. Pero la cosa no acaba ahí: septiembre es un mes en el que son muchos y muchas los que compran ropa nueva para el curso que se avecina. Lo que ocurre en este caso es que, como vais a ver, aquí si se pueden conseguir cosas a un buen precio.
Cuando queremos renovar parcialmente el armario de cara a un nuevo curso escolar, siempre se hace incidencia en encontrar una tienda que disponga de la variedad de prendas que se necesitan, una variedad que suele ser muy grande teniendo en cuenta que el principio del curso suele ser bastante caluroso porque se produce en los meses de septiembre y octubre (sí, este último lo metemos en el grupo de los calurosos porque en él cada vez se afrontan temperaturas más altas, especialmente durante la primera quincena), y luego también hay que hacer frente a la recta final del otoño y al largo invierno. En muchas ocasiones, la ropa que hemos usado durante todos esos momentos en el año anterior ya no les vale a los niños puesto que, precisamente como niños que son, han crecido y ganado alguna talla.
Septiembre es el mes en el que hay un mayor interés por la moda infantil. Es una conclusión extraída por los profesionales de Blau i Rosa, marca conocida por estar especializada en cualquier prenda que tenga que ver con niños, niñas y bebés. Además, cuentan sus profesionales, el noveno mes del año se caracteriza por el hecho de que no hay un modelo de prenda que se venda más que otros, sino que son todos ellos los que aumentan sus ventas y los que se colocan en máximos de todo el año. Las previsiones de cara a este mes de septiembre es que ese crecimiento en las ventas en comparación con lo que llevamos de 2025 vuelva a producirse. Lo vamos a ver en cuestión de días.
En el caso de los niños, es normal que cazadoras y abrigos estén en boca de todo el mundo puesto que se va acercando el invierno y las familias quieren estar precavidas antes de que sea demasiado tarde. Las camisetas, los polos, las sudaderas, los jerséis… nos proporcionan una variedad que va a permitir que quien vea a nuestro hijo sepa que cuenta con un buen fondo de armario. Y luego, por supuesto, es clave no olvidarse de los pantalones, que se van quedando pequeños a medida que el niño crece y que deben ser convenientemente reemplazados a fin de mantener una comodidad que es un factor elemental a la hora de vestir.
En lo que respecta a las niñas, podríamos decir lo mismo que en cuanto a los niños en relación a las cazadoras y abrigos, pero sí que hay cambios en algunas cosas. Principalmente, destacan dos: el primero tiene que ver con el hecho de que ellas suelen tener el vestido además de jerséis, polos y demás prendas, así que esa variedad de prendas en ellas ha de ser un poco mayor. Por otro lado, también son ellas las que le siguen prestando más atención a todo lo que tiene que ver con el mundo de los complementos, aunque es verdad que los chicos están mostrando un interés creciente cada vez a menor edad.
¿Cuánto se gasta en la vuelta al cole?
Esa es la pregunta que intenta desvelar una noticia publicada en la página web del diario El País a finales de agosto del año pasado. En concreto, se cifra ese asunto en más de 2.500 euros, algo que supone un 13% con respecto al curso anterior. Y ahí no se cuenta lo que se destina a la ropa, solo a cuestiones que están directamente ligadas al curso escolar, como lo pueden ser los libros, el material escolar, la matrícula, las cuotas, los seguros, las excursiones… La verdad es que todo esto, más allá del dinero, también hace que la labor de los padres y madres sea un auténtico rompecabezas para gestionar todos estos trámites y conseguir así que la rutina vuelva de una vez por todas.
Como veis, la vuelta al cole es un auténtico desafío para miles y miles de familias en toda España. Y la verdad es que no es para menos. Estamos hablando de uno de los períodos que los padres y madres siempre tienen porque implica una serie de gastos que afortunadamente no se producen todos los meses pero que no por eso duelen menos. Las familias miran siempre de reojo a septiembre cuando realizan la planificación económica de su año y tienden a reservar fondos para unas fechas como de las que estamos hablando. Es una pena, porque septiembre debería ser la vuelta a ilusionarse con algo, con algún proyecto que tengamos entre manos.
Lo cierto es que son cosas que resultan necesarias y estos gastos deben ser afrontados sí o sí. Hay que tener en cuenta que este tipo de gastos se ocasionan solamente una vez al año y que, si se prorratearan en los 12 meses que tiene el año, el coste no sería tan abrumador como nos parece ahora. Es verdad que siempre hay que tener un fondo para que cuando lleguen gastos como estos, que son gran cantidad para un único momento, podamos afrontarlos con la menor cantidad de problemas posible. Eso es fundamental para mantener la tranquilidad en todo momento y para que no nos llevemos sustos en una época del año como de la que estamos hablando.
Este es el tipo de situaciones que nunca cambian. Cuando éramos pequeños, nuestros padres se tenían que enfrentar a un desembolso económico al llegar el mes de septiembre. Ahora nos toca a nosotros y nosotras hacerlo con nuestros hijos e hijas. Y que no os quepa la menor duda de que las próximas generaciones tendrán que asumir también la llegada de un noveno mes del año que siempre va a estar relacionado con todo lo que implica el colegio de los más pequeños.
Una de las mejores recomendaciones que podemos hacer para que se os haga más llevadero este asunto es que lo consideréis como una inversión, no como un gasto. Se consideráis este tema como una inversión, sabré esto el desembolso va a suponer un edificio para vuestras familias porque estaréis potenciando la educación de los más pequeños, algo que va a jugar en beneficio de su vida, que es por lo que nosotros y nosotras nos desvivimos. En cambio, la palabra “gasto” hace referencia a un pago que no tiene retorno como tal, lo cual no se corresponde exactamente con el asunto que estamos exponiendo.
Tener hijos e hijas es un verdadero reto, uno de los más grandes a los que se pueden enfrentar muchos humanos a lo largo de su vida. Y conlleva una enorme responsabilidad con las que tenemos que cumplir sí o sí. Pero también es una de las cosas más reconfortantes que hay, el suelo por haberle dado vida a una persona, sino por haber contribuido a que esa vida sea de provecho y feliz. Para eso, está claro que muchas veces van a ser necesario hacer frente al pago de determinadas cosas, pero… ¿qué asunto de la vida no nos obliga a pasar por el aro?